Proctos

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TUMORES MALIGNOS DEL RECTO

El cáncer de recto, junto con el cáncer de colon, es el 3er cáncer más frecuente en el hombre (luego de próstata y pulmón) y el 2do en la mujer (luego del de mama). Hay 3500 nuevos casos por año de estos dos tumores de un total de 15000.

La particular localización del recto, profundamente situado en la pelvis en su travesía hacia el ano, hace que el tratamiento sea todo un desafío y la cirugía de gran complejidad.

Comparte con el cáncer de colon un origen similar (ver TUMORES MALIGNOS DEL COLON).

Los síntomas son habitualmente tardíos porque el tumor puede crecer por largo tiempo en una zona particularmente amplia del intestino. Incluyen sangrado, constipación o afinamiento de las materias fecales y dolor.

Los estudios más importantes son la Ecografía Endorrectal 360º y la Endoscopía con biopsia. También se utiliza la Resonancia Nuclear Magnética y la Tomografía Axial Computada para estadificar la lesión a nivel regional (pelvis) y a distancia (descartar metástasis hepáticas).

La cirugía admite varias posibilidades de abordaje, sea por vía abdominal o a través del ano, incluso con cirugía laparoscópica, dependiendo de las características particulares de cada paciente y la etapa en la que se encuentra el tumor. Se intenta la extirpación completa y radical del tumor y gran parte del recto, reconstruyendo la integridad digestiva mediante “suturas mecánicas” (dispositivos para engrapado quirúrgico que permite unir sectores muy distales del intestino).

En aquellos casos que el tumor se encuentra muy cercano al ano, la operación incluirá una colostomía definitiva (“ano contra natura”).

Cuanto más distal se encuentre el tumor más difícil es el tratamiento y peor el pronóstico. Sin embargo, estas condiciones adversas se han compensado en los últimos años con el uso de radioterapia y quimioterapia preoperatoria, lo cual permite reducir los tumores avanzados y ofrecer una cirugía más efectiva desde el punto de vista oncológico. Con esta organización del tratamiento multimodal es posible obtener “respuestas completas” (desaparición del tumor) y de esa forma evitar la cirugía. Lamentablemente esto se logra en pocos casos, pero tenemos esperanzas de que esto mejore en el futuro.